ESPINACAS CON GARBANZOS
AL ESTILO SEVILLANO
Ingredientes para 4 personas:
150 grs. de garbanzos cocidos
2 manojos de espinacas
1 cucharada de pimentón
Aceite de oliva
1 cucharadita de semillas de cilantro
2 rebanadas de pan
1 cucharadita de comino
Vinagre
Sal
Pan para freir
Aceite de oliva para freir
Preparación:
Se cogen los garbanzos que se tienen guardados en el frigorífico que sobraron del cocido del almuerzo, para tenerlos preparados para añadir en su momento.
Se lavan las espinacas, cortarlas y cocerlas durante unos
minutos y escurrir. Se pueden usar también congeladas.
En una sartén con un poco de aceite de oliva en el fondo, se
fríen los ajos pelados y las rebanadas de pan. Se pasan al mortero y se machaca
todo junto con el comino y las semillas de cilantro hasta formar una pasta. También se
puede usar la batidora.
Con el aceite templado añadir el pimentón
para refreírlo ligeramente sin que se queme.
Añadir las espinacas que tenemos cocidas y marear junto con
el pimentón, agregar el majado, un chorreón de vinagre y la sal.
Refreír junto con los garbanzos cocidos sobrantes del almuerzo a fuego lento
durante unos 10 minutos. Si están muy secas se le puede añadir un poco de
agua.
Servir acompañadas de unas rebanadas de pan frito.
Su Historia:
Las espinacas con garbanzos es un plato típico sevillano, aunque de origen
incierto.
Las primeras noticias sobre su existencia, procede de
antiguos recetarios andalusíes que han llegado hasta nuestros días. La
combinación de verduras, legumbres y pan lo caracterizan como plato nutritivo y
barato. Este plato muy típico en cuaresma, aunque se puede degustar en
cualquier bar durante todo el año, es una de las más famosas tapas sevillanas,
es un plato tradicional que nunca debería de perderse, tiene un gusto estupendo
y además, es muy nutritivo.
Narraban las crónicas medievales que cuando los cristianos
del norte llegaron a Al-Andalus no soportaban el olor a aceite, ajos y especias
que destilaba la cocina andalusí, mixtura cultural judía y árabe.
La cocina especiada era fundamental en un clima con
temperaturas altas que hacía difícil la conservación de las carnes, pescados y
hasta de las verduras; de ahí que una parte de nuestras recetas tradicionales,
vayan tan condimentadas. Bien pronto, los cristianos del sur, descendientes de
aquellos conquistadores, se aficionaron a esos sabores fuertes y que hoy son
imprescindibles en nuestras despensas.
Fuentes:
Receta: La Alacena de la Abuela Carmen. Foto e Historia: Sevilla, Eterna Primavera. El Blog de Panagarvill.
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